Los Agapòrnis son aves que nacieron para unirse a otras aves, son dadores de amor por naturaleza, y aunque los dueños traten de darle todo el cariño posible, estos siempre requerirán de una pareja.
Sucede que a veces por falta de dinero o simplemente porque solo se desea tener un pajarito, las personas eligen no anexar otro integrante a la familia alada.
El papel de la pareja para la felicidad, apoyo, y la etapa de reproducción no puede ser minimizado. Más si eres una persona ocupada que no puede hablarles seguido en el día o estar presente.
Aunque es cierto que se pueden entretener con juguetes, eso no quita la falta que le hace un compañero de juegos; claro, del sexo opuesto para que no haya peleas.
Pero también surge otro problema… ¿Qué pasa sí mis dos agapornis no se llevan bien? Sí esta es tu duda, sigue leyendo.
Qué especies de Inseparables podemos mezclar
Lo ideal sería que solo juntáramos inseparables que pertenezcan a la misma especie o subespecie, es decir, Personata con Personata, Roseicollis con Roseicollis y Lilianae con Lilianae, porque así estamos más seguros que se llevarán bien, y no dañaremos su pureza.
Aparte, sí se hacen mezclas indebidas, en caso que efectivamente se vuelvan una pareja, llegado el tiempo de reproducción tendrán crías estériles.
Estas mezclas prohibidas son las que se forman por un Agapornis con anillo ocular y uno que no lo tiene.
Cómo funciona el emparejamiento entre inseparables
Hay dos maneras en las que ocurre, una por libre albedrío en la que los loritos eligen a qué pareja desea, y la otra que es nosotros buscando una en específico.
Eso es algo que dependerá de cada quien, porque aunque la primera opción suele ser mucho más rápida, requiere de que tengamos varias opciones disponibles en casa para esa operación.
La segunda opción se da cuando solo tenemos dos pericos y queremos que se vuelvan una pareja para obtener crías; y también se da cuando el motivo de la unión sea pretender obtener una mutación en específico.
Un factor importante en ambas será el carácter del periquito y cómo reaccione ante el nuevo miembro del hogar; eso hará más o menos complicada la situación.
Cuáles son los pasos a seguir para emparejar mis Inseparables
El proceso de emparejamiento en cautiverio puede ser complicado sí deseamos forzarlo desde el inicio, algo incorrecto seria colocar en la misma jaula una hembra y un macho que no se conozcan.
Primero porque el nuevo amiguito procede de un ambiente diferente y desconocido para nosotros, no sabemos con qué lo han alimentado o cómo ha sido criado, y podría enfermar al antiguo residente de la jaula. Eso durará entre 2 y 4 semanas, hasta que veamos que todo está bien.
Pasado ese tiempo seguirán en jaulas separadas pero más cerca, para que puedan escucharse y verse todo el tiempo. Esa cercanía no debe ser tan corta porque corres el riesgo de que se piquen o hagan daño.
Les dejaremos un tiempo así, sin interferir directamente en su proceso, que tardará según la especie y su comportamiento.
Tras pasar la etapa del distanciamiento hay que decidir en qué jaula van a quedarse. Eso causa bastante controversia, porque son unos pájaros muy territoriales sin importar de cuál ejemplar sea.
Sí los colocamos en la jaula de la hembra, esta se puede mostrar más agresiva porque reconoce la jaula como suya, llegando a atacar al macho aunque ya lo hubiese aceptado antes.
Otra opción es colocar a la hembra en la jaula del macho, que no sería propenso a atacarla y poco a poco se adaptaría a tenerla en su jaula.
La tercera es la favorita y recomendada por criadores; ubicarlos en una nueva, que sea territorio neutro para que la asocien como su hogar compartido. Eso en caso que dispongas de una tercera jaula.
Consejos para el emparejamiento de Inseparables
Hay una serie de cosas que podemos hacer para facilitar el proceso sí nosotros queremos formar una pareja en específico.
Disponer de una jaula amplia, como son unos loros que disfrutan de volar y pasearse libremente, lo mejor es que la pareja cuente con una jaula equipada que les permita gozar de su espacio sin chocarse.
Colocar dos comederos y dos bebederos, de ese modo no sentirá que deben pelear por la comida o el agua.
Ingresar a la hembra con el macho durante su celo, esta es una especie de tranquilizador porque estará en el punto donde requerirá de un macho, está en su instinto; y será más sencillo que lo acepte sin dañarlo.
Si uno es un papillero, lo mejor será unirlo en pareja cuando ya tenga todas sus plumas y sea capaz de defenderse de otra ave adulta.
Los periquitos no deben ser familia por ningún motivo, eso causaría enfermedades o demás daños en las crías futuras,
Sí una vez que los tenemos en la misma jaula vemos peleas mayores a marcas, o notamos que se quieren lastimar muy fuerte, debemos separarlos nuevamente y esperar a que se lleven mejor desde jaulas distintas.
Qué pasa si tenía dos hembras o dos machos emparejados
Aunque no es tan frecuente si puede suceder que por desconocimiento armemos una pareja que funcione muy bien, pero luego descubramos que son del mismo sexo.
Una vez que los Agapornis eligen o aceptan su pareja esto aunque según muchos es definitivo, no es del todo cierto.
Sí en nuestro caso tenemos dos machos juntos o dos hembras; que uno se intente montar sobre el otro, se den cariño y estén pegaditos todo el tiempo, tenemos que separarlos y buscarles una respectiva pareja.
Una o ambas hembras podrían poner huevos de celo que a la larga no solo no prosperan sino que son una carga y esfuerzo inválidas. Mientras los machos claramente tampoco tendrán polluelos y podrían hacerse daño intentando uno montarse sobre el otro, aunque este no se deje.
Lo mejor será distanciarlos definitivamente, impidiendo que se vean el uno al otro y si es posible que ni puedan escucharse. Mientras colocamos otra jaula que contenga a su posible pareja.
¿Por qué no pueden ni verse? Porque seguirán intentando estar juntos, se hablarán y se verán sin prestarle atención al otro que tienen en frente.
Las nuevas uniones van a costar un poco más, porque estarán pensando en la pareja anterior. Por eso hay que tener mucha paciencia, poco a poco se adaptarán al pajarillo que será su nueva pareja.